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Terranatur y Raid Aventura 4x4

Fernando Alfageme, Kifaru
Jaime Roset, Akela.


Vino con Terranatur.esEl turismo rural familiar por caminos, esta mostrándose como una de las formas más atractivas y rentables, turísticamente hablando, de fomentar las visitas a zonas apartadas, o menos accesibles para el turismo masivo.

Es además muy adaptable a propuestas como el Enoturismo, una forma muy original de conferirle valor añadido a las zonas vitivinícolas de nuestro país, ampliando su ámbito e interés para un público más amplio. Cuando estas dos formas de turismo se juntan nace enoturismo4x4 de la mano Terranatur.

En colaboración con la empresa Raid Aventura 4x4, algunos afortunados tuvimos ocasión de vivir una gran experiencia recorriendo dos Denominaciones de Origen, la Ribera del Duero y la de Cigales los pasados 20 y 21 de febrero.

Todos los participantes estaban citados el sábado a primera hora de la mañana en las Bodegas Briego, en Fompedraza, en el corazón de la Ribera.
Y allí aparecieron familias de todos los puntos de España, con mayoría de Madrileños, y presencia de Andaluces, Castellanos, etc…

El comité de recepción formado por Inma y Federico de Raid Aventura, y Jaime Roset y Fernando Alfageme de Terranatur dieron la bienvenida a base de café y bollitos para ir calentando el cuerpo ante la lluvia y el frío tan propios de esta época del año.

La Bodega Briego es una curiosidad dentro de la ribera, explotación familiar es una de las escasas bodegas de páramo, manteniendo una mayor altitud en sus viñas y dando un carácter diferente a sus caldos todos con gran personalidad.

Una visita magnífica, con una breve cata, dio la salida a la ruta que por caminos muy técnicos por la lluvia de los últimos días, obligando a poner los cinco sentidos en la conducción, y embarrados hasta el límite; nos condujo por paramos y valles hasta la Ermita del Cristo del Cabañón, y de ahí tras una bajada algo resbaladiza y que dio trabajo al buen hacer de los conductores hasta las Bodegas Arzuaga, ribereña del Duero en las proximidades de Quintanilla de Onésimo, bordeando impresionantes fincas de pino piñonero y encina. Los primeros brotes de cultivo de cereal ya asomaban, algo quemados por la helada, en todos los campos del páramo.

En Arzuaga, lugar de visita obligada para familias con niños por lo especial de su trato e instalaciones, nos recibieron como viejos amigos mostrándonos su inmensa bodega y explicándonos las diferentes salas de producción y reposo. Explicación tras la cual con general alborozo de todos se llevaron la palma el cementerio de vinos y los dormitorios de barricas y botellas. Pudimos también -gracias al fenomenal hacer de Ana nuestra guía y anfitriona-, degustar sus mejores caldos y un embutido de jabalí que animaba más a quedarnos de charla que a seguir la ruta.

Pero el día aún nos deparaba mas sorpresas y conducidos por el equipo de protocolo de Arzuaga fuimos a visitar su famosa finca “La Planta”, donde con nuestros todo terreno pudimos pasear entre una inmensa piara de jabalíes, bajando e incluso dándoles de comer los más valientes. Visitando luego una manada de cerca de 200 ciervos en libertad a los que pudimos acercarnos y algunos afortunados incluso casi tocarlos. Esta zona de la finca es un centro de producción cinegético para otras zonas aleñas: de ahí la alta concentración de animales y la familiaridad con el ser humano.

Estábamos disfrutando mucho, pero el programa es el programa, y aún con la ilusión de los pequeños tras su encuentro con la fauna silvestre y nuestros comentarios jocosos, nos dirigimos a comer junto al Monasterio de San Bernardo, en Valbuena de Duero, en el Mesón Castellano; donde nos dieron de comer maravillosamente y de donde nos costó mucho movernos para poder continuar por la preciosa ruta circular que Valbuena de Duero tiene en su término municipal, paseo de dos kilómetros incluido para visitar sus impresionantes miradores sobre la Ribera del Duero. Enhorabuena al Municipio y a David su Alcalde por el trabajo y la conservación de estas rutas. Cabe destacar en esta zona un encinar mezclado con quejigos y aromáticas en buen estado de conservación donde los niños descubrieron agallas en las ramas, y aprendieron a entender como una avispa, tras la picadura y puesta de un huevo, genera una bolita protectora, que también será su futuro alimento.

El grupo ya estaba perfectamente integrado en la filosofía de la ruta y la tarde bajo un agradecido sol, fue discurriendo entre miradores y viñas, entre valles y cerros, para ir acercándonos poco a poco a nuestro lugar de descanso en La Cistérniga, en el Hotel San Cristóbal, donde los peques jugaban fuera sin riesgos, y los mayores comentábamos las anécdotas del día.


El domingo: cambio de vino y de ruta.


Toda la noche lloviendo dieron a la ruta del clarete una patina deslizante que nos trajo todo el día entre divertidos y concentrados.

Ya el primer tramo hasta Fuensaldaña, tuvo momentos delicados y de “manos”, donde logramos pasar sin problemas y comenzar la visita de bodegas y vinitos. Una subida de barro blanco (margoso) con un par de atrancados por cada grupo, y bajo la lluvia, dio salsa a la mañana hasta llegar a Mucientes, donde paramos en su famosa fabrica de quesos artesanales de leche de oveja cruda a degustarlos con fruición. Al ir en diferentes grupos nunca nos juntábamos, todos pero alargábamos las visitas teniendo al personal de la quesería entretenidos toda la mañana.

Pasando por Trigueros del Valle disfrutamos sin parar de su castillo del siglo XV y su bella ermita. Durante toda la ruta estuvimos varias veces acompañados de nuestra amiga rapaz el ratonero, águila de mediano tamaño, cuello corto, tintes pardos generalmente oscuros y cola redondeada.

Para acabar visita a las bodegas y centro rural “Pago de Trascasas” en Cubillas de Santa Marta, donde descubrimos las notables diferencias de elaboración entre clarete, rosado, tinto e incluso entre una denominación de origen y otra. Asistidos en todo momento por Pablo, uno de sus dueños, quien nos dio un completo curso de cata, en el que mostramos salvo gloriosas excepciones, nuestro atrofiado olfato y gusto.

Una comida potente y sabrosa como todo el fin de semana era el complemento gastronómico ideal para despedir un fin de semana de maridaje, entre el truismo familiar y el enoturismo, y entre los diferentes vinos y comidas, que amenizaban nuestras divertidísimas e interesantes rutas.

Gracias a Terranatur y Raid Aventura por hacerlo posible. Y una advertencia… Volveremos.

Más información sobre ENOTURISMO AVENTURA de Terranatur.

Enoturismo Aventura. Una alternativa para conocer a fondo el mundo del vino